lunes, 20 de agosto de 2012

Crónica de Travnik - Ivo Andric




Datos del libro:

Título: Crónica de Travnik

Título original: Travnicka Hronika

Autor: Ivo Andric

Sinopsis: En primer lugar, aunque se pueden leer independientemente, este libro forma parte de la Trilogía de los Balcanes, formada por los siguientes libros:

I. Un Puente Sobre el Drina
II. Crónica de Travnik
III. La Señorita

Estamos en el momento álgido de las guerras napoleónicas. Un diplomático francés, Jean Daville, es enviado a Travnik, una pequeña ciudad perdida entre las montañas de Bosnia, como cónsul. La novela es el relato de su estancia allí entre 1806 y 1814, dando ocasión para ofrecernos un fresco de ese tiempo convulso en el que por primera vez los Balcanes se abren a Occidente. Alrededor de la pequeña ciudad, donde también se ha asentado el cónsul austríaco, la política napoleónica se escribe con fuego y sangre mientras que los dos cónsules, perdidos en el pequeño territorio de Bosnia, verán cómo sus ambiciones y juventud naufragan y se asfixian en medio de una comunidad arcaica, contradictoria e impenetrable. Un paisaje humano en el que se entrecruzan imágenes de un mundo casi medieval con el desasosiego de las mujeres europeas y con las vidas cotidianas de los actores involuntarios de la pequeña historia: comerciantes, burócratas, artesanos, campesinos. En la frontera entre la novela histórica, el relato intimista y la descripción etnográfica, esta novela del autor de Un puente sobre el Drina constituye una de las mejores evidencias de que la novela sigue siendo un género tan vivo como imprescindible.


Datos de la edición que yo leí:

Editorial: Debate

ISBN: 9788483064504

Fecha de edición: 09/2001

Tamaño: 22x15 cm

Número de páginas: 480

Idioma: Español

Encuadernación: Cartoné

Precio: 20 euros


Período de lectura:

Empezado: 20 de marzo de 2012

Terminado: 21 de mayo de 2012


Una pequeña opinión personal:

Bueno, la novela me pareció interesante, daba muchos datos y detalles sobre la forma de vida en Bosnia durante la época de Napoleón. No puedo decir que no me gustara, pero se me hizo algo pesada.


Nota

7/10


¿Vale la pena comprarlo?:

Yo recomendaría que antes de comprarla, la cogiérais de la biblioteca y le echárais un vistazo, pues es una lectura lenta y que requiere leerla con calma.


Citas:

El hombre, para no detenerse y caer en la desesperación se engaña a sí mismo, oculta los trabajos inacabados con otros distintos, que tampoco terminará, y en las nuevas empresas y nuevos empeños busca más fuerzas y más valor. De esta suerte, se estafa a sí mismo y con el tiempo acaba convirtiéndose en deudor de su propia persona y de todo lo que lo rodea.

En el mundo, tal y como nosotros lo vemos, existen sólo dos cosas: crecimiento y decadencia, estrecha e inextricablemente ligados, en todas partes y en eterno movimiento. Todos los fenómenos a nuestro alrededor no son más que fases distintas de esta marea ascendente y descendente, infinita, compleja y perpetua, ficciones, instantes fugaces que nosotros aislamos arbitrariamente, marcamos y designamos con nombres establecidos, como salud, enfermedad y muerte. Pero, naturalmente nada de eso existe. Existe sólo el crecimiento y la decadencia en diversos estados y con diferentes aspectos, y todo el arte de la medicina consiste en conocer, aferrar y aprovechar las fuerzas orientadas hacia el crecimiento, "como un marino conoce los vientos", y en evitar y alejar aquellas que sirven a la decadencia. Allí donde el hombre logra aferrar esa fuerza, sana y marcha adelante; allí donde fracasa, se hunde simple e irremediablemente; y en el gran e invisible libro de cuentas del crecimiento y de la decandencia, las fuerzas pasan de la columna del debe a la del haber o viceversa.
Cada ser vivo, cada hierba, cada enfermedad, cada estación, cada día y minuto tenían también su crecimiento y su decadencia. Estos elementos estaban incrustados unos en otros, vinculados por incalculables lazos imprecisos, y actuaban y bullían, vibravan y fluían, de día y de noche, en lo más profundo de la tierra, en toda su superficie y muy alto en el firmamento, hasta los planetas, siempre según la ley única y doble del crecimiento y de la decadencia.

No es más imbécil el que no sabe leer, sino el que cree que todo lo que lee es verdad.

Todos rezamos de la misma manera, todos somos cristianos y compartimos la misma fe, pero los abismos entre los hombres son grandes. En efecto, el hombre sabe que existen los abismos y rivalidades entre las personas, pero sólo cuando se va a correr mundo y los experimenta por sí mismo comprende cuán profundos e insalvables son.

Nosotros aceptamos y valoramos las virtudes de un hombre sólo si se nos muestran bajo un aspecto que conviene a nuestras ideas e inclinaciones.

-Sí, señor, puede entender nuestra vida. Pero para usted no es más que un sueño desagradable. Porque vive aquí, pero sabe que es temporal y que más pronto o más tarde regresará a su país, a una vida mejor y más digna. Se despertará de su pesadilla y se liberará, pero nosotros jamás, porque para nosotros es nuestra única vida.

La primavera equilibra y repara todas las cosas. Mientras la tierra florece, una y otra vez, y mientras haya gente para ver ese fenómeno y disfrutar de él, todo va bien.

Como dice el poeta: "En los niños se renueva y regenera el río de la humanidad".

"Cuando un hombre se aleja del sol de su país, ¿quién iluminará el camino a su regreso?"

El hombre débil tiene una necesidad imperiosa de engañarse y una capacidad ilimitada para dejarse engañar.

Porque una cosa era proyectar en la imaginación todos los temores, prever lo peor, plantear una postura y defenderla, y al mismo tiempo sentirse satisfecho porque todo estaba en orden y en su sitio, y otra cosa era hallarse ante el desastre total que exige de nosotros soluciones urgentes e iniciativas concretas.

Se avanzaba, eso era todo. Pero sólo si éramos capaces de encontrar el sentido y la dignidad en nostros mismos, encontraríamos los del camino. Ni camino ni objetivo. Andar y andar. Caminar y agotarse y consumirse.

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