lunes, 20 de agosto de 2012

El Señor de las Moscas - William Golding




Datos del libro:

Título: El Señor de las Moscas

Título original: The Lord of the Flies

Autor: William Golding

Sinopsis: Una treintena de muchachos son los únicos supervivientes de un naufragio en el que perecen todos los adultos que consiguen llegar a una isla. Enseguida se plantea cómo sobrevivir en tales condiciones, y no tardan en crearse dos grupos con sus respectivos líderes. Ralph se convierte en el cabecilla de los que están dispuestos a recolectar y a construir refugios, mientras Jack se convierte en el jefe de los cazadores, animados por un espíritu aventurero. Las tensiones entre ambos bandos no tardan en aparecer.
Partiendo de este esquema, el Premio Nobel William Golding crea una fábula moral sobre el lado más oscuro de la naturaleza humana. Una novela deslumbrante en la que se ha visto desde una requisitoria moral contra la educación represiva hasta una parábola acerca de los instintos básicos del ser humano.


Datos de la edición que yo leí:

Editorial: Edhasa

ISBN: 9788435009515

Fecha de edición: 05/2005

Tamaño: 23x14 cm

Número de páginas: 480

Idioma: Español

Encuadernación: Cartoné

Precio: 19 euros


Período de lectura:

Empezado: 16 de agosto de 2012

Terminado: 19 de agosto de 2012


Una pequeña opinión personal:

Me ha parecido una lectura muy dura, una metáfora de la sociedad... de cómo, los seres humanos, cuando nos vemos acorralados y se nos despoja de nuestro "sistema", no podemos evitar volver a lo salvaje. De como pueden llegar a ser de aterradoras las tinieblas del corazón humano.

Y, aunque se la cataloga como lectura juvenil, a mí me pareció muy adulta.


Nota

10/10


¿Vale la pena comprarlo?:

Sí, es una lectura que bien merece la pena. Una cosa es seguro, no nos dejará indiferentes.


Citas:

Quería decir que la gente nunca resulta ser del todo como uno cree que es.

-Me da miedo-dijo Piggy-y por eso le conozco. Si alguien te da miedo, le odias, pero no puedes dejar de pensar en él.

Las mejores ideas son las más sencillas.

Su mente estaba llena de recuerdos... del conocimiento... que ellos habían vencido a un ser vivo, de haberle impuesto su voluntad, de haberle arrancado la vida, con la satisfacción de quien sacia una larga sed.

Piggy tenía un buen cerebro, a pesar de aquel ridículo cuerpo. Ralph se había convertido ya en un especialista del pensamiento y era capaz de reconocer inteligencia en otro.

La vida... es una cosa científica... Sé que no hay un monstruo... y también sé que no hay que tener miedo... A no ser que nos dé miedo la gente.

Tal vez hay un monstruo... Tal vez somos nosotros.

El mundo, aquel mundo comprensible y racional, se escapaba sin sentir.

Ralph... trataría las decisiones del día como si se tratase de una partida de ajedrez. Lo malo era que jamás sería un buen jugador de ajedrez.

Ralph lloró por la pérdida de la inocencia, las tinieblas del corazón humano y la caída al vacío de aquel verdadero y sabio amigo llamado Piggy.

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